8/07/2008

El contenido y la forma




La belleza que atrae rara vez coincide con la belleza que enamora, simplemente es un misterio extraño envuelto en el acertijo de un enigma. Supongo que "la belleza perfecta" o la que enamora; resulta del acuerdo entre el contenido y la forma y... sospecho que en los ojos (cuerpo) y en la mirada (esencia), es donde se acoplan los criterios para encontrar dicha perfección.
Encontrar la composición estética ideal en una persona es quimérica en todo sentido, en especial si se busca consenso, ahí es donde la imperfección se convierte en perfección si la esencia del espécimen simboliza tus más elevados estándares de cualidad.
Valorar a alguien se convierte en una manifestación completamente individual mediante la cual se expresa una visión que interpreta lo real o imaginado, con base en sus muy específicas categorías estéticas. Es decir en pocas palabras: el número de patas de la araña depende de que tan ciega este la mosca.
Supongo que no he descubierto nada nuevo y en el mejor de los casos solo estoy interpretando ideas de grandes absortos de la contemplación de la belleza, por ejemplo Sor Juana. Quien dio la mejor respuesta cuando alguien cuestiona el canon estético de una persona:
“En que te ofendo cuando solo intento encontrar belleza en mi entendimiento, más no pretendo intento encontrar el entendimiento de la belleza.” Sor Juana lo comprendió en el siglo XVII, por fea o por su desmesurada capacidad cognitiva o quizá por un ejemplo de composición perfecta entre contenido y forma.
Otro autor que me seduce es John Pawson, padre del minimalismo, quien lleva el concepto de belleza a lo más simple. Nos complicamos en exceso algo que tendría que ser muy sencillo y cuestionamos percepciones fáciles de discernir:
“La belleza es la perfección de un artefacto que lleva al límite de su reducción la cualidad de su esencia, es el resultado de la omisión de lo superfluo.” Lo tiene clarísimo.
Este texto fue concebido debido a que entre más gente conozco de diversas latitudes, longitudes y usos horarios más distintos son los parámetros que encuentro. Usualmente parece que nos atrae lo que nos parece distinto pero en lo que encontramos... algo en común. Mis ejemplos son muchos no diré nombres, pero mis colegas están envueltos por mis palabras: mexicano-brasileña, mexicana-brasileño/alemán, española-brasileño/ecuatoriano/argentino, mexicano-española, argentino-española, italiano-brasileña, mexicano-alemán/holandesa mexinacos-hermanas francesas/españolas/mexicanas.
Por lo que a mi respecta he encontrado mi particular composición estética perfecta obvio un poco lejos de casa: los rasgos élficos delicados y con gracia; líneas delicadas y perfectas; tonos rubios dorados y ojos color gargajo; me ha dado los mejores lapsos, instantes perfectos y recuerdos constantes…lamentablemente busco un segundo que dure eternamente y mi experiencia me hace deducir que la forma y el contenido se reduce a la simplicidad de un ideal. Algo que vamos puliendo, matizando con el tiempo y tratando de mantener en su estado más puro e inalterable aunque a veces parezca imposible después de una desilusión.
Cuando la respuesta se complica hay que recurrir a los sabios “il signore Puzo o monsieur Saint Exúpery” en alguna de sus páginas encontraremos la frase exacta y si no siempre podemos hacer un palmsesto y encontrar nuestra perfecta composición de contenido y forma:

En algún lugar del mundo, existe una rosa única, distinta de todas las demás rosas, una cuya delicadeza, candor e inocencia, harán despertar de su letargo a mi alma, mi corazón y mis riñones. Es importante que soporte dos o tres orugas si quiero conocer las mariposas. He aquí mi secreto, que no puede ser más simple : Sólo con el corazón se puede ver bien. Lo esencial es invisible para los ojos.