El Distrito Federal o la Ciudad de México, la "Ciudad de los Palacios", el "Defectuoso" o "Chilangotlán". Multifacético y pluricultural con una población flotante de 15 millones de historias que se sobrellevan en alrededor 1500 kilómetros cuadrados.
Conflictos hay muchos en una urbe de concreto de tan desquiciadas proporciones. Por ejemplo y para terminar pronto algunos dolores de cabeza de sus habitantes son el transporte público, la seguridad y la contaminación. Sin mencionar el tráfico calificado por el sistema de navegación Tom Tom como el peor del mundo tras Estambul.
Aún así es la segunda ciudad en recepción de turistas de América Latina siguiendo muy de cerca a San Pablo, Brasil. Los esenciales de la capital mexicana son muchos, pero trataré de darles una perspectiva distinta a algunos de los "básicos" de la ciudad con un toque muy local, bien presupuestado y fascinante.
Todos han visto al menos una imagen de la Zona Arqueológica de Teotihuacán. Ubicada a 40 km. al noreste del centro de México. Se puede acceder a ella por medio de autobuses que van y vienen con seguridad desde puntos turísticos clave del centro de la ciudad.
La zona está abierta los 365 días del año y el costo de ingreso es de poco más de 4 dólares (sin transporte). El quid de la visita es programar un vuelo en globo aerostático. Desde 130 dólares se puede observar a vista de pájaro la magnitud del sitio arqueológico en toda su dimensión. (Teotihuacán-Globo en navegador)
El segundo esencial de la "capirucha" es sin lugar a dudas asistir a la Lucha Libre. El deporte rey de los mexicanos es una exposición físico-atlética y cómico-mágico-musical de la idiosincracia local.
La Arena México es una experiencia sui generis, sobre todo si se vive desde las primeras filas en donde se puede experimentar el "recibir" a un gladiador volando desde la tercera cuerda del ring hasta las gotas de sudor de los enmascarados del pancracio.
Martes, viernes y a veces los domingos son los días que se programa el espectáculo, el boleto más costoso es de 12 dólares. El giro sugerido a esta experiencia es tomar el "Turiluchas" una versión del turibus con recorrido que incluye la entrada para la Arena por 33 dólares.
Para los que gustan del turismo culinario la Ciudad de México tiene una inconmensurable oferta que comienza con los Top 50 del reconocido ranking The Worlds Best: El famoso Pujol de Enrique Olvera (#16), el novedoso Quintonil de Jorge Vallejo (#35) y el delicioso Biko de Mikel Alonso (#37) son las alternativas.
Sin embargo la vitamina "T" es la más valorada por los "chilangos"+++: Tacos, Tortas y Tamales. La primera opción es más que amplia, el que suscribe recomienda la infalible receta del taco "al pastor", una reminiscencia del kebab arabe tropicalizado con un marinado minucioso y deliciosa piña.
La torta es la versión mexicana del emparedado tiene innumerables variedades, pero la "cubana" contiene diversos estilos de queso, embutidos, carnes y el infaltable guacamole. Sobre los tamales (masa de maíz mezclada con gamas de sabores que van de dulce al salado) cabe recomendar el oaxaqueño, envuelto en hoja de plátano, todo un manjar para las mañanas frías del sur.
En el sur de la ciudad ofrece alternativas a las aceptables sugerencias de los folletos hoteleros, pero van más allá de la Casa Azul de Frida Kahlo en el barrio de Coyoacán (que recomendamos visitar), pero en caso de encontrarse con una fila interminable de turistas chinos la opción es el imponente Museo Anahuacalli.
El Museo Anahuacalli es otro auténtico capricho de la aclamada pareja Kahlo-Rivera. Una estructura moderna con la intención de parecer construcción precolombina, alberga además de un inmenso estudio y sus pletóricos jardines una colección de más de 50 mil piezas prehispánicas.
Se puede llegar a el en metro y tren ligero desde la Casa Azul de Coyoacán y por favor guarde su boleto porque con el mismo se accede a ambos recintos. Ya entrados en la zona, no podemos pasar por alto el histórico Estadio Azteca, el único escenario del mundo que brasileños y argentinos catalogan como sagrado.
Las visitas guiadas por supuesto que brindarán una gran perspectiva: pisar la misma cancha que Pelé y Maradona, recorrer los vestidores y caminar por el túnel de los recuerdos. Pero a decir verdad nada se compara con asistir a un partido de fútbol.
Por ello después de conocer la magnificencia del Estadio Azteca recomendamos salir del mítico escenario, tomar un taxi de sitio (taxi seguro) y llegar al Estadio Olímpico Universitario. Vivir un partido de fútbol en la grada del Club Pumas de la UNAM, es inolvidable (17 dólares la entrada más cara).
No es solo es la sede principal de los Juegos Olímpicos de México 1968. Más allá del ambiente futbolero tras los 90 minutos se puede deleitar la pupila con la Ciudad Universitaria "Patrimonio de la Humanidad" declarado por la Unesco.
Entre sus innumerables atracciones están sus jardines volcánicos, el Espacio Escultórico, el Museo Universum, el Museo Universitario de Arte Contemporáneo y presenciar algún evento en la Sala Nezahualcyotl, una de las mejores salas de conciertos de América Latina.
La Ciudad de México es un torrente de emociones y una excepcional experiencia y recorrer sus rincones a veces puede llegar a ser interminable, considera el tiempo suficiente o corres el riesgo de querer quedarte.
+++ Chilango: Connotación peyorativa de origen difuso que terminó por adoptarse con gracia por los ciudadanos de la capital.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario