El límite de América del Norte se encuentra
en el confín del caribe mexicano y marca frontera con Belice, fue definida a
principios del siglo pasado (1902) por el dictador Porfirio Díaz quien creo el
territorio que hoy en día cuenta con los más famosos destinos turísticos del
país.
El estado de Quintana Roo enclavado en la
península de Yucatán cuenta con la mayor extensión de costas del caribe
mexicano donde han trascendido centros turísticos de talla internacional como
Cancún, Cozumel y Playa del Carmen.
El sur del estado aún cuenta con tesoros
ocultos de belleza extraordinaria, riquezas aún sin explotar que durante siglos
han sido escenario de disputas entre mayas, conquistadores españoles,
revolucionarios mexicanos y piratas europeos.
Sus paisajes exhuberantes casi vírgenes son
el antagonismo de los grandes resorts de Riviera Maya y de la apartada zona
hotelera de Cancún a 380 kilómetros y más de cuatro horas de carretera.
Si bien la herencia de la región se entrelaza
con las grandes urbes mayas y sus interminables rutas comerciales. Chetumal, la
capital del estado apenas cuenta con 76 años de vida y fue hasta 1974 que se
convirtió en cabecera del municipio Othón P. Blanco.
El municipio recientemente se segmentó (febrero
de 2011) para darle vida al ayuntamiento de Bacalar, convirtiéndose en el
municipio más joven del país. Una región con notables retos sociales pero como
principal objetivo consolidar su desarrollo turístico.
El aeropuerto de la ciudad de Chetumal es
la puerta de entrada para conocer majestuosos escenarios como son el Cenote
Azul, la Laguna de los Siete Colores, Mahahual o el Parque Nacional Marino de
Xcalak.
BACALAR
El pirata Diego el Mulato destruyó en 1652
el pequeño pueblo mercante de Bacalar. Gustaba atracarlo para robar a sus
mujeres y el valorado "palo de tinte", un árbol endémico bien
comercializado entonces por su calidad para teñir textiles.
Debido a este y otros ataques filibusteros
desde el Caribe, las autoridades virreinales decidieron construir el fuerte de
San Felipe (hoy Museo de la Piratería) para proteger a la población y la
entrada de la laguna conocida como Laguna de los Siete Colores.
Declarado como Pueblo Mágico en 2007, ha
recibido apoyo federal para desarrollar su infraestructura a lo largo de los 42
kilómetros de extensión de la laguna. Una privilegiada zona ecoturística donde
se pueden avistar aves, bucear, realizar recorridos a caballo o remando en
kayak.
La Laguna de Bacalar, tiene como
particularidad que se pueden distinguir a lo largo del año una gama de colores
que va desde el azul profundo al verde esmeralda:"Con algo de suerte
durante un atardecer algún matiz púrpura", comenta Jaqueline Baier
copropietaria de un ecohotel de la zona.
Es imposible no enamorarse del lugar,
asegura la alemana quien viajaba junto con su pareja en una camioneta desde
Alaska con destino a La Patagonia, cuando escogieron Bacalar como descanso en
su travesía, que sigue interrumpida ya por siete años.
"Buscamos la armonía con el medio ambiente
y tener un cuidado especial con los recursos que utilizamos". Las cabañas
son autosustentables cuentan con energía solar y los materiales de construcción
fueron obtenidos en el propio terreno que alberga el hotel.
Otro atractivo de la región es el Cenote
Azul con noventa metros de profundidad y su agua cristalina, que lo convierten
en un tesoro para los amantes del buceo, quienes lo valoran tanto como hace
siglos lo hacían los mayas que lo consideraban un lugar místico.
CHETUMAL
Una guerra de castas entre indígenas mayas
y blancos devastó los asentamientos de la región a finales del siglo XIX. Por
lo que el gobierno prerevolucionario de Porfirio Díaz estableció límites
territoriales con la corona inglesa, que suministraba sus armas.
Fijó la frontera con Honduras Británica en
el Río Hondo, separó de Yucatán el nuevo Territorio federal de Quintana Roo y
envió al ejército a combatir a los mayas rebeldes. La ciudad de Payo Obispo
rebautizada como Chetumal por el oficial Othón P. Blanco fungiría como punto
aduanal.
El
lugar, escoltado por paisajes selváticos permitiría una movilidad rápida entre
los manglares gracias al viento que recorre los ríos bajos que conectan la
laguna hasta el océano. La misma brisa que hoy cruza la bahía de Chetumal y
refresca a los habitantes del colonial puerto.
A la distancia se pueden observar los
grandes cruceros que hacen una escala más entre Cartagena y Bahamas. La alegre
ciudad cuenta con su carnaval en Febrero y las fiestas del pueblo se celebran
el 5 de mayo.
También presumen su cálido clima de 30
grados durante todo el año. En el malecón los locales detienen sus autos por
unos minutos para apreciar los sublimes atardeceres que ocultan el sol detrás
de las resplandecientes luces de la costa beliceña.
A solo minutos de Chetumal se pueden
visitar los sitios arqueológicos de Dzibanché y Kohunlich donde se encuentra la
Pirámide de los Mascarones, su principal atractivo son los enormes mascarones
de dos metros de altura que datan del año 250 a.C.
MAHAHUAL
Gonzalo Guerrero fue un marino andaluz del
siglo XV que naufragó en el Caribe, las corrientes marinas que se concentran en
la zona, conocidas por especialistas como el Giro oceánico Columbus, lo
llevaron a las blancas playas de territorio maya.
Fue rescatado por indígenas para luego
hacerlo prisionero. Sirvió como esclavo por años, sin embargo demostró su valía
en combate y fue integrado a la sociedad de los Tutul xiúes. Adoptó sus
costumbres, idioma y tuvo descendencia, probablemente los primeros mestizos.
El mismo Hernán Cortés envió una expedición
para "rescatarlo" pero Guerrero adaptado a la cultura y sus
escenarios decidió enfrentar a los españoles. Las playas que cautivaron a
Guerrero no distan mucho del paisaje que todavía ofrece Mahahual y Xcalak los
pocos resquicios vírgenes que todavía ofrece la Riviera Maya.
La carretera que conecta Chetumal y Cancún
desvía al paradisiaco destino, que ofrece desde exclusivos hoteles boutique
donde se puede probar alta cocina mediterránea, hasta cabañas en las que se
pernocta en una hamaca hilada por mahahualenses.
El distintivo azul turquesa del Mar Caribe
se convierte en una alberca de inmensas proporciones, prácticamente sin oleaje
que rompe en la segunda barrera de arrecife más grande del mundo a donde se
puede llegar nadando y realizar una experiencia de esnorquel inolvidable.
Chetumal, Bacalar y Mahahual soberbios
escenarios de la última frontera del caribe mexicano.
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