Cuauhtémoc Blanco jugó sus últimos 36 minutos como seleccionado mexicano y con destellos de genio y figura robó el clamor de un abarrotado Estadio Azteca que vitoreó cada pique, cada toque al fervoroso grito de "¡Temo!¡Temo!".
El último gran ídolo del fútbol mexicano hizo el saque inicial y de inmediato la primera ovación de la noche. Toco dos balones en los primeros cuatro minutos ambos de espaldas al arco rival. Sin errores, rasos y seguros lejos de su zona de influencia.
Recibió una falta en la media cancha al minuto seis, solo sirvió para una nueva manifestación de cariño de los 90 mil asistentes.
Al minuto siete se combinó por la banda izquierda con Miguel Layún, controló con sobrada técnica piso la redonda, finta de pase suficiente para perder la marca y con delicadeza una diagonal al punto penal, Oribe Peralta recibe, descarga atrás y Guardado pone en órbita el esférico.
Al minuto nueve controla un balón elevado en el área, la baja de pecho, acomoda el cuerpo y brillante toque sutil con parte interna, busca el ángulo superior izquierdo del arquero Harush que contuvo sin problema.
Cobró el córner al minuto catorce. Templado al punto penal, casi quirúrgico, al movimiento marcado por Oribe quien remata sin fuerza.
Deambuló los siguientes minutos en el medio ofreciéndose siempre como alternativa, recorriendo más metros rumbo a su propio arco que al oponente. La misma estampa corcovada de siempre: cansina al trote, de pasos cortos y zancada explosiva lista para arrancar al momento preciso.
Al 16 hay un córner de la visita, Blanco se gira al banco para checar si hay indicación de Miguel Herrera, nada todavía...aún hay tiempo.
Nuevo acarreo al 18. De frente a la media luna rival pase certero a Oribe, su mejor socio en la noche, lamentablemente para la causa pierde la bola en un amague infructuoso.
Al 19 una de la galera, fenomenal pase de espaldas con el exterior del pie derecho, casi una marca registrada, ovación de pie del respetable que le vitorea todo.
Al 20 recibe cerca del vértice derecho del área, por la presión de la marca retrocede y se saca la pelota con un taconazo que vuelve a levantar a 90 mil almas.
Llega el 22. Conduce desde tres cuartos de cancha, el balón pegado al botín avanza metros con la cara levantada, fija el trazo al movimiento de Peralta, ojo clínico, Oribe pierde un tiempo en el control y tarda en disparar, como puede, saca puntazo en el área chica. Era una asistencia, la esperada genialidad que se desvanece en el ahogado grito de gol.
Al 24 mira que el arquero visitante recibe un pase de apoyo, sin encontrar receptor retiene la pelota, Blanco apura a presionarle pero el uno resuelve sin problema con despeje a la tribuna.
25 minutos. Otro taco infructuoso, innecesario pero inherente del caprichoso talento, del jugador distinto, del creativo, del generador de juego, de un diez. Balón perdido pero el público hoy perdona todo.
Minuto 27 otro córner, ahora por derecha bombeado y al primer poste, fino en la postura mira el recorrido, ahora es Gershon quien saca el peligro en el techo del área. Los de medio oriente no le regalan nada.
Miguel Herrera envía a calentar a Raúl Jiménez y "Chicharito" Hernández, el 10 sabe que le queda poco con la camiseta verde (hoy en tono bermellón).
Media hora de partido, otro toque entre líneas ahora buscando techar a la defensa, el balón alto es rechazado por Omri Ben.
31 minutos. Córner por derecha lo ejecuta Cuauhtémoc entre gritos del público, de nuevo el imán lo tiene Oribe, remate sólido que termina en el muslo del arquero Harush.
Minuto 33. Blanco recibe de espaldas en las afueras del área tira el cuerpo atrás y hay contacto ¡Tiro libre! Y nadie se la saca al "diez". Cobijado por el grito de gol del público se perfila de derecha, arranca la clásica recorrida de varios metros frente al esférico inerte que espera coordenadas. Parte interna y mucho efecto el brazuca, el maldito brazuca no baja lo suficiente.
Raúl Jiménez al campo, Herrera da instrucciones corre le minuto 36. Se produce no solo un cambio generacional se entrega la estafeta de ídolo a ídolo, ambos de cuna azulcrema el escenario no podía ser otro el nido del águila.
Minuto 36 segundo 43 el Azteca de pie se rinde a los botines certeros del astro exAmérica, exValladolid, exChicago Fire. Se despide de Salcido y Reyes que le salen al paso mientras realiza un esprint para entregar el gafete a Corona. Los decibeles se incrementan y se mezclan con aplausos que bajan al unísono desde la grada. Se funde en un abrazo que parece eterno con su relevo idílico para los americanistas. Luego estrecha la mano de Herrera, el estadio se le entrega, México se le entrega ¡Oe oee oee oee temooo temooo!
(Titular EFE: Blanco se despide en olor de multitud al jugar 36 minutos con México)
(Titular EFE: Blanco se despide en olor de multitud al jugar 36 minutos con México)
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