Se puede ganar o perder más aún con el mejor equipo de la historia. La historia... siempre caprichosa elige momentos y hoy se obstinó a poner al mejor de México por 90 minutos ante el Real de Madrid. Las águilas se juegan su siglo, nuestro siglo. Hoy se debe disfrutar el placer del esfuerzo y ser el mejor que se pueda ser, el gol será solo una consecuencia de ello. Hoy no hay que dejar de intentar, ni hay que dejar de crecer y para eso no se necesita rival, ni siquiera al más grande. porque para aspirar a ser campeón del mundo hay que sobrepasar sus límites y el único que en realidad los conoce es uno mismo. Ustedes mismos ¡Vamos América! Que los odien más.
12/14/2016
11/23/2016
Soledad
La rivalidad entre
los dos genios del fútbol actual Cristiano Ronaldo y Lionel Messi, llegó a un
escenario poco común pero representativo de su presente con selecciones. En sus clubes han ganado todo a lo que puede aspirar un
futbolista formado en Europa, tanto en lo individual como en lo colectivo.
Ambos levantaron la Champions League, trofeos de liga y copa, y además a nivel individual han recogido en sendas galas botines y balones dorados. A la historia del fútbol no le tienen que demostrar más nada, sin embargo algunos críticos señalan que el circulo no se cierra si no llegan los
triunfos con selección.
Weah, Giggs, Shevchenko,
Sánchez, Litmanen, Spencer, Rush, Best son algunos nombres de los sin suerte que no jugaron en alguna de las 19 selecciones que ganaron una Copa del Mundo,
una Eurocopa o una Copa América. Pero afinémoslo un poco más. Se han disputado
20 mundiales, 45 copas en América y 15 Eurocopas, un total de 80 torneos.
Argentina,
Brasil, Uruguay, Alemania e Italia acumulan 58 de los 80 títulos, un total del
72 %. La cifra aumenta al 82 % en Copa
América (37 de 45) y en mundiales llega hasta el 85 % (17 de 20). Ahí están
Pelé con sus tres Jules Rimet (1958, 1962 y 1970) Beckenbauer con un mundial y
una euro (1972 y 1974) y Maradona con su mundial en 1986.
Se cuestiona a
Messi porque “solo” llevó a tres finales a la
Argentina, y ahora que Cristiano encumbró a Portugal en la pasada Euro, Lionel se
quedó solo en la inverosímil campaña de convencimiento. Un primer dato: ni Eusebio,
ni Futre, ni Figo cuestionaron alguna vez que Cristiano sería el
mejor portugués de la historia.
Profundicemos en el contexto, se filtraron recientemente dos noticias: En Portugal un video Cristiano en los vestidores del Stade de France tras conseguir la
Eurocopa, y en Argentina trascendió información respecto a que Messi pagó de su
bolsillo seis meses de sueldos al equipo de seguridad de la selección argentina.
Dos aspectos
distintos que hablan más de personalidad que de fútbol asociación, pero sin
embargo exhiben la humildad y el compromiso de ambos con su entorno. Un entorno
que terminó arropando a Cristiano y dándole lo necesario, para que con su selección
(una de segunda línea) brillara uno de los mejores futbolistas del mundo y
finalmente levantara un título.
Un entorno
armónico donde federación, cuerpo técnico y jugadores se amalgamaron para
conseguir un logro que probablemente sin la presencia de Cristiano hubiera sido
inalcanzable. Si vamos más lejos incluso el país entero a nivel político,
económico y social participó del logro tras aquél proyecto fallido de la Euro en Portugal 2004.
Aquél segundo
lugar fue entonces el mejor resultado histórico de la selección portuguesa a nivel
mayor, sin embargo fue calificado por amplios
sectores de la prensa como “fracaso” y no por una razón de funcionamiento o por
gozar de las ventajas de la localía. El fracaso fue perder dos veces contra
un rival considerado inferior.
Sin embargo Portugal siguió fiel
a su proyecto y si bien sería imposible crear un entorno igual de favorable como
ser locales en una Eurocopa, se mantuvo al entrenador y se trabajó para
construir un equipo donde Cristiano Ronaldo entregara una versión similar a la
que detona en el Real Madrid.
Tras el “fracaso”
de 2004 llegaron a semifinales en el mundial 2006, y en el siguiente solo perdieron
ante la intratable España. Tras un cambio de timón en el que la federación abiertamente
consultó a su mejor jugador al respecto llegó Fernando Santos a la dirección
técnica... el resto es historia.
En el video
filtrado de París se puede ver a un Ronaldo honesto y agradecido con jugadores,
directivos y cuerpo técnico, especialmente con un Fernando Santos conmovido, quien
desde su nombramiento aseguró que el “siete” era todo para Portugal. Santos fue
su primer entrenador y fue clave durante su formación: “Todos los equipos son
mejores con él, es el mejor futbolista del mundo".
Hay escenarios
que se han repetido de este lado del mundo, no así sus repercusiones.
El primero en
cuestionar a Messi es Diego Armando quien no lo supo interpretar como técnico e
incluso lo (des)calificó frente a Pelé como un chico sin su personalidad. Antes
de la última final contra Chile acotó: “Que no vuelvan más si pierden”. Con todo lo
que representa Maradona en Argentina, lo abandonó y Lionel se quedó sin su ídolo.
Cuando la AFA
eligió a Gerardo Martino negó hasta el cansancio que en la decisión hubiese
estado involucrado Messi, como si hubiera algo malo en pedirle opinión al tipo
que mejor juega y más produce en este negocio. Tras una final y un bochornoso incidente se
fue Martino y Lionel entonces se quedó sin su entrenador.
Escuchamos una y
otra vez voces “críticas” de comunicadores en medios: “los segundos son los
primeros en perder”, “nadie se acuerda del subcampeón”, “perder contra Chile es
una traición”, “tres finales no sirven para nada” y un sin fin de comentarios
que permean la opinión pública contaminando el entorno con la espectacularización del exitismo en el deporte, fue ahí cuando Lionel se quedó sin prensa.
Cuando Julio
Grondona dejó la AFA pasó lo mismo que en cualquier mafia, la delincuencia
organizada entró en una lucha de fuerzas, que exponenciada con un cambio de
poderes políticos con notable incumbencia en el deporte, dejaron a la selección
argentina expuesta y sin recursos. Al punto de no contar con logística ni con lo mínimo para funcionar, Lionel se quedó sin federación.
Al final fue Messi el
que tuvo que irse a España para que no quedarse solo en Rosario, es Messi el que
siempre estuvo acompañado por Schwarztein, Vilanova, Guardiola, Rijkaard, Luis
Enrique, Ronaldinho, Eto´o, Xavi, Iniesta, Dani Alves, Suárez, Neymar, Rexach,
Rosell, Bertomeu, Adell, Barcelona y toda esa gente que es más que un club para él.
También es Messi el que
no dejó solos a los empleados de seguridad, ni a Pékerman cuando lo buscó, ni a Grondona cuando le convino, tampoco a Bastista, a Martino,
a Riquelme, a Maradona, a Mascherano, Lavezzi, Palacio ni a Higuaín. Tampoco lo dejó solo a Bauza y mucho menos al Monumental y su gente el pasado domingo.
Entendamos que es Lionel el que está aquí solo, abandonado por la Argentina la que deja a Messi en absoluta soledad.
Entendamos que es Lionel el que está aquí solo, abandonado por la Argentina la que deja a Messi en absoluta soledad.
7/26/2016
Por la colombianización
Hoy es una realidad que la evolución del deporte colombiano ha batido a sus rivales sudamericanos y luchará por encabezar al deporte latinoamericano tras la justa veraniega de Río.
El primer aviso vino en los Centroamericanos y del Caribe de San Salvador en 2002 cuando asaltaron la tercera plaza del medallero a costa de Venezuela, desde entonces no perderían el podio. Luego vino el Sudamericano de Buenos Aires en 2006 donde brillaron en casi todo.
Sin embargo el golpe definitivo en América del Sur lo asestaron en Medellín 2010 cuando rompieron el récord total de preseas en una sola edición, alcanzando la sorprendente cifra de 374 medallas. El asalto final a México y Cuba en el norte se planea para Barranquilla 2018.
Pese a que las potencias continentales EEUU, Canadá y Brasil aún están lejos para Colombia y los últimos medalleros en juegos Panamericanos así lo dictan, la distancia se han reducido.
La próxima edición en Lima parece ser el contexto idóneo para competir mano a mano contra Cuba en cosechas doradas y terminar de despojar a la Argentina, México y Venezuela de sus fútiles triunfos regionales incapaces de traducirse en competitividad internacional.
El deporte colombiano de élite apunta a pulir las disciplinas en las que son competitivos al máximo nivel y desarrollar el deporte en lo que podrían llegar a convertirse en rivales de cuidado. Buscan tener un alcance global en lo que se trazan como objetivo.
Dejando de lado los históricos esfuerzos individuales del talento latinoamericano y la trascendencia cíclica del deporte congénito en nacionalismos ilustres como el fútbol, voleibol y baloncesto tanto argentino como brasileño o el béisbol y el boxeo en Mesoamérica y el Caribe.
Fuera de Cuba donde el deporte es una cuestión de Estado. Son contadas las disciplinas que en América Latina cuentan con una estructura para su competitividad mundial. Ejemplos hay pocos México logró desarrollar una tradición en disciplinas como el Taekwondo y los saltos acuáticos, pero dejó perder la marcha y la equitación.
En mayor o menor medida son los casos de la vela Argentina, los velocistas dominicanos, el tenis chileno y el voleibol femenil peruano. Todos esfuerzos puntuales similares a los de Claudia Pool, Jefferson Pérez y Rubén Limardo.
Sin embargo el modelo colombiano parece concentrarse en sus fortalezas: el ciclismo, el patinaje y la halterofilia; después en sus pasiones el fútbol y el boxeo; para después invertir en sus oportunidades atletismo, el tiro y las artes marciales.
No dudemos que pronto incursionen con éxito en disciplinas antes desconocidas para ellos como los saltos acuáticos y el béisbol donde sus naciones rivales con biotipos e infraestructura similares han cosechado triunfos.
Otra ventaja real respecto a sus competidores argentinos y mexicanos es la riqueza genética colombiana que destila igual capacidad y destreza atlética como Nairo Quintana o Mariana Pajón que deportistas de la envergadura y potencia física de Catherin Ibargüen o Jakeline Rentería.
El trabajo comprometido de una estructura deportiva bien distribuida entre Gobierno, iniciativa privada y sociedad arroja innumerables prospectos, que tras pasar por los programas sociales de captación de talento, prosiguen su desarrollo profesional con capital privado o becas públicas.
Hace apenas tres décadas los principales valores del deporte colombiano se asociaban con el narcotráfico y la sangre joven se derramaba en el campo, las selvas y las ciudades, presa de la delincuencia organizada.
Su episodio más álgido vino después de la Copa del Mundo FIFA 1994, un autogol culminaba con las esperanzas de trascender de la generación dorada del fútbol colombiano, y también marcaba el destino trágico de una vida.
Sin embargo el deporte colombiano daría vuelta a la página y abanderado por el mismo fútbol, usando a México como trampolín, ganaría su primera Copa América en 2001, así el futbolista colombiano se revaloró y continuó su éxito.
Solo en el mercado de verano anterior fueron negociados 46 futbolistas cafetaleros en las mejores ligas del mundo. Como dato comparativo solo en ese 2015 se superó la cifra total de futbolistas mexicanos fichados en ligas profesionales internacionales durante lo que va de la década (38).
En sus primeras dieciséis participaciones en Juegos Olímpicos, Colombia logró 9 medallas. En las últimas dos ediciones consiguió 10. Tras la histórica participación en Londres 2012, el presidente Juan Manuel Santos alabó el programa “Supérate” que vincula a 300 mil jóvenes del país con alguna disciplina y fortaleció la institucionalidad del deporte al elevar el Consejo Administrativo del deporte a Ministerio.
El país organizó los Juegos Sudamericanos en 2010, la Copa del Mundo FIFA sub-20 en 2011 y luego los Juegos Mundiales en Cali en 2013. Organizará sus segundos Juegos Centroamericanos y del Caribe de las últimas 4 ediciones y Bogotá perdió ante Toronto la candidatura de los recientes juegos Panamericanos.
Según cifras del Gobierno se han invertido cerca de 150 millones de dólares en infraestructura, eventos y apoyos para atletas en los últimos años rumbo al ciclo que culminará en Brasil el próximo agosto.
Prestigiosas firmas internacionales como SportsIlustrated y Gracenote Sports coinciden en que Colombia obtendrá al menos tres oros en Río de Janeiro con Mariana Pajón, Catherine Ibargüen y Fernando Gaviria, además pronostican otra posibilidad para Yuri Alvear.
Tres oros que superan por mucho los pronósticos para Argentina (oro en Hockey femenino), México (alguna final en Taekwondo) y Venezuela (posibles bronces en triple salto y boxeo).
Solo queda por delante Cuba asida a su meritorio e histórico boxeo (4 oros pronosticados), sin embargo solo en expectativa ya que en protagonismo los optimistas sudamericanos esperan notables resultados en fútbol, judo y levantamiento de pesas.
El deporte cafetero a dado un salto cualitativo de forma progresiva que espera su confirmación en Río con un desarrollo metódico, bien encausado y sobre todo redituable, un ejemplo para Latinoamérica que debería apuntar a la colombianización de su deporte.
El primer aviso vino en los Centroamericanos y del Caribe de San Salvador en 2002 cuando asaltaron la tercera plaza del medallero a costa de Venezuela, desde entonces no perderían el podio. Luego vino el Sudamericano de Buenos Aires en 2006 donde brillaron en casi todo.
Sin embargo el golpe definitivo en América del Sur lo asestaron en Medellín 2010 cuando rompieron el récord total de preseas en una sola edición, alcanzando la sorprendente cifra de 374 medallas. El asalto final a México y Cuba en el norte se planea para Barranquilla 2018.
Pese a que las potencias continentales EEUU, Canadá y Brasil aún están lejos para Colombia y los últimos medalleros en juegos Panamericanos así lo dictan, la distancia se han reducido.
La próxima edición en Lima parece ser el contexto idóneo para competir mano a mano contra Cuba en cosechas doradas y terminar de despojar a la Argentina, México y Venezuela de sus fútiles triunfos regionales incapaces de traducirse en competitividad internacional.
El deporte colombiano de élite apunta a pulir las disciplinas en las que son competitivos al máximo nivel y desarrollar el deporte en lo que podrían llegar a convertirse en rivales de cuidado. Buscan tener un alcance global en lo que se trazan como objetivo.
Dejando de lado los históricos esfuerzos individuales del talento latinoamericano y la trascendencia cíclica del deporte congénito en nacionalismos ilustres como el fútbol, voleibol y baloncesto tanto argentino como brasileño o el béisbol y el boxeo en Mesoamérica y el Caribe.
Fuera de Cuba donde el deporte es una cuestión de Estado. Son contadas las disciplinas que en América Latina cuentan con una estructura para su competitividad mundial. Ejemplos hay pocos México logró desarrollar una tradición en disciplinas como el Taekwondo y los saltos acuáticos, pero dejó perder la marcha y la equitación.
En mayor o menor medida son los casos de la vela Argentina, los velocistas dominicanos, el tenis chileno y el voleibol femenil peruano. Todos esfuerzos puntuales similares a los de Claudia Pool, Jefferson Pérez y Rubén Limardo.
Sin embargo el modelo colombiano parece concentrarse en sus fortalezas: el ciclismo, el patinaje y la halterofilia; después en sus pasiones el fútbol y el boxeo; para después invertir en sus oportunidades atletismo, el tiro y las artes marciales.
No dudemos que pronto incursionen con éxito en disciplinas antes desconocidas para ellos como los saltos acuáticos y el béisbol donde sus naciones rivales con biotipos e infraestructura similares han cosechado triunfos.
Otra ventaja real respecto a sus competidores argentinos y mexicanos es la riqueza genética colombiana que destila igual capacidad y destreza atlética como Nairo Quintana o Mariana Pajón que deportistas de la envergadura y potencia física de Catherin Ibargüen o Jakeline Rentería.
El trabajo comprometido de una estructura deportiva bien distribuida entre Gobierno, iniciativa privada y sociedad arroja innumerables prospectos, que tras pasar por los programas sociales de captación de talento, prosiguen su desarrollo profesional con capital privado o becas públicas.
Hace apenas tres décadas los principales valores del deporte colombiano se asociaban con el narcotráfico y la sangre joven se derramaba en el campo, las selvas y las ciudades, presa de la delincuencia organizada.
Su episodio más álgido vino después de la Copa del Mundo FIFA 1994, un autogol culminaba con las esperanzas de trascender de la generación dorada del fútbol colombiano, y también marcaba el destino trágico de una vida.
Sin embargo el deporte colombiano daría vuelta a la página y abanderado por el mismo fútbol, usando a México como trampolín, ganaría su primera Copa América en 2001, así el futbolista colombiano se revaloró y continuó su éxito.
Solo en el mercado de verano anterior fueron negociados 46 futbolistas cafetaleros en las mejores ligas del mundo. Como dato comparativo solo en ese 2015 se superó la cifra total de futbolistas mexicanos fichados en ligas profesionales internacionales durante lo que va de la década (38).
En sus primeras dieciséis participaciones en Juegos Olímpicos, Colombia logró 9 medallas. En las últimas dos ediciones consiguió 10. Tras la histórica participación en Londres 2012, el presidente Juan Manuel Santos alabó el programa “Supérate” que vincula a 300 mil jóvenes del país con alguna disciplina y fortaleció la institucionalidad del deporte al elevar el Consejo Administrativo del deporte a Ministerio.
El país organizó los Juegos Sudamericanos en 2010, la Copa del Mundo FIFA sub-20 en 2011 y luego los Juegos Mundiales en Cali en 2013. Organizará sus segundos Juegos Centroamericanos y del Caribe de las últimas 4 ediciones y Bogotá perdió ante Toronto la candidatura de los recientes juegos Panamericanos.
Según cifras del Gobierno se han invertido cerca de 150 millones de dólares en infraestructura, eventos y apoyos para atletas en los últimos años rumbo al ciclo que culminará en Brasil el próximo agosto.
Prestigiosas firmas internacionales como SportsIlustrated y Gracenote Sports coinciden en que Colombia obtendrá al menos tres oros en Río de Janeiro con Mariana Pajón, Catherine Ibargüen y Fernando Gaviria, además pronostican otra posibilidad para Yuri Alvear.
Tres oros que superan por mucho los pronósticos para Argentina (oro en Hockey femenino), México (alguna final en Taekwondo) y Venezuela (posibles bronces en triple salto y boxeo).
Solo queda por delante Cuba asida a su meritorio e histórico boxeo (4 oros pronosticados), sin embargo solo en expectativa ya que en protagonismo los optimistas sudamericanos esperan notables resultados en fútbol, judo y levantamiento de pesas.
El deporte cafetero a dado un salto cualitativo de forma progresiva que espera su confirmación en Río con un desarrollo metódico, bien encausado y sobre todo redituable, un ejemplo para Latinoamérica que debería apuntar a la colombianización de su deporte.
6/28/2016
Invasiones bárbaras
Roma y Constantinopla fundamentos
del mundo civilizado que estructuraron la base de la democracia, la lengua y el
derecho entendían aquello ajeno a sus formas como barbarie, cualquier cultura
que no se expresara en latín equivalía a una sociedad primitiva.
También fue en Roma donde la
espectacularización de sus hazañas bélicas, comenzó a representarse en teatros
o circos para dar a conocer al pueblo versiones favorables de hombres
transformados en guerreros, guerreros elevados a héroes y héroes convertidos en
mitos.
Pierre de Coubertin hace dos
siglos como buen pedagogo encontró en dicha espectacularización una forma
sensata y pacífica de confrontar naciones utilizando a “paladines y campeones”
en justas deportivas.
Pero fueron los británicos
quienes comenzaron con los principios de identidad colectiva corriendo detrás
de un balón. Luego llegó la FIFA que engloba más asociaciones que países miembros
de la ONU. En 1973 Jaggermeister puso el último clavo patrocinando la camiseta del Eintracht
Braunschweig.
El mundo incivilizado y convulso
de hoy convirtió al deporte en negocio y el “Panem et circenses” deleita una
sociedad insaciable de efímeros próceres o indignos traidores de la patria.
El fútbol formateado a producto busca
generar mucho en poco tiempo, no entiende de procesos ni cualidades, mientras
entretenga a las masas sedientas todo es valido. El aficionado un desnutrido
intelectual asume con gusto el papel de consumidor y juzga con el pulgar la
“vida o la muerte” de un simple futbolista.
En el fútbol belicista de hoy el
nacionalismo pasa por un balón y el patrioterismo confunde a aficionados,
futbolistas y medios. El fútbol siempre exageró la vida y la FIFA exageró al
fútbol.
La afición ante sus frustraciones
cotidianas encuentra en terreno fértil el sitio ideal donde desatar sus
sentimientos más primarios, y polarizan sin mínimo análisis a vencederos y
perdedores a partir de un resultado concreto, como si la vida misma solo
tuviera fracasados y exitosos.
En el peor de los escenarios imbéciles
emocionales (Jorge Valdano, 2014) toman las calles, tribunas y
bares transformando un espectáculo lúdico en batallas campales entre
barrios, ciudades o países, y así demostrar que son mejores guerreros que los
once soldados que los representaron en el césped.
La confusión también empapa a los
futbolistas quienes al convertirse en millonarios precoces (Marcelo Bielsa, 2011) pierden sentido de
la realidad y se convierten aparentemente en mejores personas que médicos,
bomberos o maestros por patear un balón con pertinencia.
Cuando son elegidos para defender
la bandera se colocan sus armaduras Nike o Adidas, para con fervor y lágrimas
en los ojos, entonar el himno nacional y alistarse soberbios para combatir por un
territorio o la libertad de su nación.
Luego llegan los medios que
parten del sentido pecuniario de grupos de interés, son jueces y parte,
ponderan el análisis de lo
extracancha, se aprovechan de la histeria de la grada y espectacularizan un
fútbol trastornado lleno de celebridades convirtiéndose en el monitor de
banales conductas colectivas.
Las oligarquías del negocio pensaron con arrogancia que
podían mantener concentrado el poder que se liberó en
sociedades sobreinformadas, multiculturales e interconectadas. Con la debilidad
de las instituciones las audiencias confusas señalan a pibes de 25 años como
inocentes o culpables de la suerte de un país.
Lionel Andrés Messi Cuccitini quien como adolescente expatriado se inyectaba las piernas para
intentar llegar a los 160 centímetros, termina hoy siendo el blanco de crisis
institucionales, complejos contextos económicos e irracionales ataques
colectivos por fallar un penal en el negocio llamado fútbol.
Otros adinerados, soberbios y
desorientados futbolistas encuentran en la vorágine del lucro espacios para
dejar de competir a conveniencia. Como si un policía pudiera elegir entre
trabajar un día y otro no. O como si un médico a mitad de una compleja
operación pudiera desistir y "dejarse perder por siete goles".
Los principios de identidad de
una colectividad ayudan a su sentido de pertenencia. La identificación común causa afinidades, sin embargo
cuando sus percepciones están contaminadas y mal entendidas son como una
enfermedad que se extiende hasta la endemia.
Cuando el principio fundamental era
una apología heroica para las multitudes con matices metafóricos sobre un gran
logro deportivo, estos se reconocen con admiración, Islandia o
Leicester son ejemplos recientes de ello. Hoy la exigencia en la sociedad
reinventa discursos propios y los refleja sinsentido en 90 minutos con nulo o precario juicio.
Los mensajes que surgen de
diarios, revistas y programas alimentan en su gran mayoría una pasión desbocada
y ficticia. La fascinación por el talento antes conmovía, hoy se admira solo el
éxito, que además alude solo al gran ganador y omite al resto, incluso finalistas o esfuerzos de progreso
monumentales.
1/13/2016
Seaan Pen
Una entelequia en el fenotipo mexicano hace que por envidia o por abierta ignorancia primero se califique una escaleta videograbada como entrevista y luego se juzgue a sus autores, dos actores interpretando a periodistas como cómplices de la delincuencia organizada.
Los prejuicios sociales hacen que el tremendo impacto mediático logrado por Rolling Stone y su "entrevista" a Don Archivaldo pasen primero por un juicio de valor por dar voz a un delincuente, y luego se analice el discurso.
Nunca conoceremos la realidad pero se argumenta que ni se le ofreció un micrófono público a un prófugo, ni el objetivo del audiovisual era ser difundido como entrevista. Según la propia revista las imágenes tenían por objetivo dar fidelidad del testimonio del Chapo Guzmán.
El objetivo era fundamentar el guión para una película, además de un generoso (y gratuito) testimonio para un actor egocéntrico "atraído por lo que su gobierno califica como enemigo público". La captura del criminal seguramente apuró la decisión de sacar provecho del material disponible para la revista.
La vorágine mediática actual establece aprovechar los tiempos y espacios a disponibilidad, sin importar las formas y ningún medio periodístico fue capaz de lograr lo que una actriz con aparentes filiaciones al personaje, un insurgente de Hollywood y una revista especializada en música han conseguido.
El resultado encaja perfectamente con el surrealismo mexicano señalado por Breton, pero incomoda a diversas esferas públicas en los niveles político, informativo e incluso en el mundo jet set del entretenimiento.
Pocas voces han salido en defensa del fantástico recurso de Rolling Stone para posicionar un limitadísimo producto en términos técnicos, como lo que hoy se califica de entrevista y lo que el futuro documentará como uno de los mejores textos del "periodismo ciudadano" de la historia.
A diferencia de entrevistas históricas como Fallaci con Arafat, Viereck a Hitler o el mismo Scherer al Mayo Zambada, no fueron periodistas los que lograron el documento en cuestión. Si agregamos la versión de "Seaan Pen" (pronunciarse como el Chapo) que cuenta que las preguntas fueron estipuladas con antelación pierde aún más valor.
Pese a las cualidades de los periodistas mencionados y a los que también se les sugirieron respetuosamente algunos lineamientos sus entrevistados se apegaron a la máxima "tú pregunta lo que quieras y yo responderé lo conveniente", obteniendo en su mayor parte retórica ramplona y adocenada (nada distinto a lo que habló Don Archivaldo).
El control de contenidos, la banalización de la información y la inmediatez de los canales son hoy características informativas que rigen las agendas en los medios de comunicación, se transforma la realidad en espectáculo y se musicalizan crónicas para dar dramatismo.
La crónica (si hay que encasillarla en un género) de Sean Penn cumple con todas esas nuevas características del periodismo y supera a los medios de comunicación en su campo y con sus reglas. Seamos sinceros salvo contados medios con rigor que siguen estrictas líneas informativas la mayoría de los señalamientos son hipócritas.
Si en vez de Rolling Stone y Sean Penn hubiera sido The New York Times y Eric Lipton, los limitados criterios estarían aplaudiendo y el Pulitzer del 2016 sería ya indiscutible en la primera semana del año.
Puede existir escepticismo respecto a las conexiones entre el delincuente y la actriz, el trabajo no cuenta con rigor y el texto deambula más entre propaganda apológica al narcotráfico y una entrada de blog personal que tiene al autor como figura central en el texto.
Los medios manipulan una y otra vez a su conveniencia el ejercicio serio del periodismo que está más cercano del negocio que del oficio, la prensa no es solo sensacionalista es incluso especulativa y carece de códigos.
Porqué se deprecia entonces el valor del documento con tintes irónicos, que incluye referencias al pene del autor, a sus flatulencias, al tequila de la actriz y que incluso a impulsado la venta de camisas ¿Por su primicia, su plataforma, su oportunismo o por violar protocolos y convenciones socialmente aceptadas?
Creo que las críticas deberían centrarse en la irresponsabilidad del autor por "defender un oficio" del que el narcotráfico ha cobrado innumerables vidas, uno de cada tres periodistas asesinados en América Latina es mexicano y no hay que ser una ONG para dilucidar que en su gran mayoría se deben al crimen organizado, porqué entonces no mencionó siquiera esa responsabilidad al capo.
Creo que las críticas deberían centrarse en la irresponsabilidad del autor por "defender un oficio" del que el narcotráfico ha cobrado innumerables vidas, uno de cada tres periodistas asesinados en América Latina es mexicano y no hay que ser una ONG para dilucidar que en su gran mayoría se deben al crimen organizado, porqué entonces no mencionó siquiera esa responsabilidad al capo.
Sean Penn sigue siendo un actor interprentando a un periodista cuyo único mérito es ser el primero en lograr un valioso testimonio. La parcialidad y objetividad nunca han existido y la honradez con la que se aproxime un profesional a la verdad depende de sus principios, formación y el medio en que lo difunda.
Nos acercamos peligrosamente a una sociedad donde no solo son célebres los protagonistas, también los personajes fuera del cuadro y mientras los medios sigan fomentando esta conducta de industrias poderosas con vínculos comerciales, la prensa seguirá olvidando su ética.
Bajo la estricta y limitada definición en la que un periodista es un individuo que le dice a la gente lo que le pasa a la gente, sí en definitiva el mejor "periodista" en lo que va del año se llama "Seaan Pen".
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